Ayer, 17/3/23, hice cambios importantes en el ensayo (incluso dentro de la misma sesión, por lo que no quedaron registrados). Eliminé y replanteé mucho. En el diseño, puse secciones con números en el Prólogo y en el Epílogo, como ya estaban en el Diálogo, donde además tienen título.
«Aunque puedo imitar la interacción humana y generar respuestas que parecen ser interactivas y comprensivas, todo lo que hago es producir lenguaje de una manera automatizada y basada en patrones.»
ChatGPT, 2/3/23
Prólogo
1.
Sobre el tema general de las interacciones, voy a ampliar la casuística de funcionoides con el más humanoide que hayamos logrado hasta hoy: el ChatGPT. Las capturas de pantalla que usaré son del diálogo que mantuvimos en la madrugada de ayer, 2 de marzo de 2023, sobre su propia condición de ilusionista.
No es que la conozca; la IA no sabe nada (ni siquiera eso, que no sabe nada, que es lo único que dice saber Sócrates). No sabe pero parece saber (o sea, nos parece que sabe). Y para mayor socraticidad, el diálogo en que lo "demuestra" muestra cuán bien ChatGPT "simula" conocerse a sí mismo: mucho mejor de lo que parece saber de tantas cosas sobre las que manda fruta (por ahora, y sin integración con un buscador, como en Bing Chat).
Hay que admitir que le corrimos el arco: vino a rendir el Test de Turing, que lo supera fácil, y lo sometemos a pruebas de inteligencia (de coincidencia con la solución a un problema, mejor dicho: esta IA no razona, sólo apuesta por la respuesta que calcula más probable; de ahí las comillas del "demuestra" en el párrafo anterior) y a detectores de mentiras (de falsedades, mejor dicho: esta IA no puede mentir, por falta de intencionalidad; de ahí las comillas del "simula").
Toda acción exclusivamente humana que le atribuyamos a una IA debería ir con el entrecomillado de desmentida o relativización. Describimos o narramos lo que hace la IA con un animismo y antropomorfismo no consciente de sí mismo, consecuencia de lo bien que nos "engaña" "fingiendo" humanidad, chamuyo mediante.En todo caso, al asombro por lo humano que suena ChatGPT le siguió la crítica por lo humano que todavía no hace o que hace mal o que no tiene (♪ alma, corazón y vida... ♫). Todo eso es cierto, pero a la hora de chatear, ChatGPT pasa por humano, incluso sabiendo que no lo es. ¿Por qué?
Tal vez porque parece interactuar como el Sócrates del Fedro, de Platón, critica que no lo hagan los escritos, que «hablan como si estuvieran pensando algo, pero si quieres aprender y les preguntas algo acerca de lo que dicen, dan a entender siempre una sola y misma cosa» (otros repiten como un loro).
Puede decirse que Sócrates compara peras (conversaciones) con manzanas (escritos), o que no, porque compara dos aprendizajes, uno autodidacta y el otro asistido. Como sea, en el drama socrático la avidez por (aprender) algo nuevo se topa con la repetición boba de los escritos; pero se reencausa y va a satisfacerse en el transcurso de un diálogo. La moraleja está cantada: en vez de dejar un escrito, un mensaje en el contestador automático, un audio de 5 minutos, ♪♫¿Por qué no charlamo' un ratito, eh?♫♪
Al igual que los escritos, ChatGPT no piensa pero habla como si estuviera pensando. A diferencia suya, no contesta una sola y misma cosa (ni siquiera ante la misma pregunta; las variaciones estocásticas hacen al disfraz de humano, que es otro que no repite como un loro).
«Lo que procuras a tus alumnos no es la verdadera sabiduría, sino su apariencia», le dice Thamus, el rey de Egipto, al dios Teuth, el inventor de la escritura. De ahí se sigue que la escritura generada por/con esta IA es la apariencia de una apariencia. Pero insisto: incluso conociendo el truco, la ilusión de que hablás con alguien es tan fuerte que actuás como si fuera cierto, tenacidad común a la ilusión artística, a ilusiones lógicas y a ilusiones sensoriales. Hablemos de estas últimas.
2.
El primer ilusionista es el cerebro, que puede hacernos percibir lo que no hay o no percibir lo que hay (imágenes, sonidos, sabores, sensaciones, etc.). Es tan bueno que
→ De “Rosa y Omar: dos cegueras”, 2.1.1 Sueño lúcido.También puede pasar que la ilusión sea tan tenaz que persista luego de evidenciado y entendido el truco. El cerebro es el mejor ilusionista.
— el Zambullista (@Zambullista) November 23, 2016
Las otras veces, cuando no nos “engaña”, lo que hace el cerebro es crear una imagen de lo recibido en la interacción con el entorno (mundo exterior e interior: de la piel para afuera y para adentro, estímulos externos e internos). La crea a partir de la información que logra sacar de los datos luego de conectarlos por rasgos/parámetros comunes o afines; o sea, a partir de los patrones que logra captar.
Comparado con el sistema nervioso de nuestro ancestro el gusano platelminto, que le permite tener una idea de lo que se le acerca cuando se mueve hacia algún lado, nuestro sistema nervioso hace eso y más. Por ejemplo, hace una simbolización de las percepciones con su producto más potente, el lenguaje, y genera escenarios virtuales que nos sirven de simuladores de interacción.Es más complejo, sí, pero si a un modelo de lenguaje le cabe también esta descripción, escalando universo de datos, parámetros y conexiones tal vez llegue a hacer lo que por ahora no puede...Es más complejo, sí. Por ejemplo: esa imagen, en realidad, es una predicción del presente que hacemos desde un pasado muy reciente, que es donde habitamos. Pero si a un modelo de lenguaje le cabetambién esta descripciónuna descripción similar, tal vez escalando universo de datos, parámetros y conexionestal vezllegue a hacer lo que por ahora no puede (por ejemplo, cierto tipo de análisis literario, que lo mostraría como una máquina de pensar, de hacer inferencias en vez de imitarlas) o incluso tener lo que ahora no tiene (una conciencia emergente).* O tal vez no.
ChatGPT es un ilusionista imitando a otro ilusionista. Más precisamente, es como un mago que replica el show de otro mago pero usando trucos propios, diferentes: «podría decirse que soy un "simulador" en el sentido de que imito los procesos utilizados por los seres humanos para producir lenguaje, aunque lo hago de una manera diferente y limitada».
Esa manera diferente es el primer tema de la charla, que automáticamente lo recibió de nombre, y esa limitación es un tema presente en varias respuestas, que pueden sonar excesivamente coherentes por reiterativas (como si no recordara que ya dijo eso –o como si el tuneo humano que recibió
3.
En una juntada jugamos a estimar probabilidades y apostar a una palabra como la siguiente de la frase teniendo en cuenta las anteriores. Cebado por la alta impredecibilidad de las frases de un poemario que había ahí, me puse a ofrecer mucha plata para quien acertara con qué palabra seguía o terminaba el verso que les leía. A la quinta respuesta errada (pero mejor orientada, gracias a las cuatro anteriores), les daba la solución y les leía otro verso interrumpido; confiaba en que no perdería frente a gente que debía elegir una entre muchas candidatas equiprobables con significados diferentes.
Dos veces sentí la adrenalina del apostador (no más porque debo cuidarme: corre en mi sangre, vía abuela paterna).
— el Zambullista (@Zambullista) May 7, 2020
Una fue la única vez que jugué al bingo (?).
La otra fue ofreciendo bocha de guita a quien acertara cómo seguía un poema de un libro que había en la juntata.
Zafé.
En “El problema de los géneros discursivos”, Bajtín dice que la unidad de intercambio en la comunicación verbal no es la palabra, sino el enunciado, y que «al seleccionar las palabras partimos de la totalidad real del enunciado que ideamos», en vez de ir ensartándolas (como en un cadáver exquisito) o interpolándolas (como en el juego de aquella noche).
Si le creemos a lo que me contestó el 17/3/23, ChatGPT es bajtiniano en ciertas tareas (como responder a una totalidad, como puede ser una pregunta) y no bajtiniano en otras (como continuar el input de una frase incompleta, algo más común en el playground de GPT-3):
Ya sea que se vaya haciendo camino al andar («ensartando palabras») o que se tenga un fin y un recorrido previstos («rellenando un todo con palabras necesarias»),
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no aleatoriamente (como voy seleccionando estas palabras, seguramente precedidas por la totalidad del enunciado; o porque estoy pegando recortes y decidiendo en qué orden),
o aleatoriamente,
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estilo «divinidad que delira» (como están hechos los libros de “La Biblioteca de Babel”, lo que vuelve improbabilísimo el hallazgo –no la existencia– de uno que repite MCV de punta a punta, o de otro titulado Trueno peinado, y ni hablar de las «casi dos hojas de líneas homogéneas»; pero ese cuento no habría existido si Borges hubiera sido realista con lo que implican 251.312.000 libros hechos de signos combinados de un modo único y con total indiferencia a formar palabras y frases en cualquier idioma),
estilo tirada de dados (como quería «una secta blasfema», que «sugirió [...] que todos los hombres barajaran letras y símbolos hasta construir, mediante un improbable don del azar, esos libros canónicos» que no podían encontrar revisando anaqueles),
o estilo estocástico probabilístico, como el de ChatGPT: cada vez,
Diálogo
1. Modelo de lenguaje estocástico
PD 12/3/23: Repregunta sobre lo estocástico de la elección
2. El gran simulador
3. IA e inteligencia colectiva
Respuesta alternativa 1
Respuesta alternativa 2
Epílogo
1.
Ya en la segunda respuesta del diálogo ChatGPT "dice" qué hace:
«Mi modelo utiliza técnicas de aprendizaje automático para analizar grandes cantidades de texto y aprender patrones de cómo las palabras se usan juntas en diferentes contextos. Con base en esos patrones, mi modelo es capaz de estimar la probabilidad de que una palabra en particular siga a otra palabra en una oración».Por si las comillas en "dice" no fueron claras, tengamos presente que esta misma respuesta está hecha a partir de «aprender patrones de cómo las palabras se usan juntas en diferentes contextos». Cómo, no por qué, con qué sentido o siguiendo qué lógica o criterio. ChatGPT no entiende ni razona, pero imita muy bien los patrones de uso del lenguaje que tenemos los humanos al entender y razonar. Andá a convencerte que no entiende ni razona, cuando su método da resultados iguales o mejores que los tuyos, que entendés y razonás.
Somos sentidófilos, incluso sentidodependientes; como eso favoreció nuestra supervivencia, nuestro cerebro está entrenado para interpretar, por muchos bloopers que nos cause (por ver un sentido donde hay otro o donde no hay ninguno, o por no ver un sentido donde sí hay: lo primero sería una ilusión conceptual; lo segundo, una pareidolia intelectiva; lo tercero, un solapamiento).
Estamos expuestos y dispuestos a comernos todos los amagues de sentido que nos hagan las cosas, cual gansa empollando huevos pero también objetos más o menos huevoides, desde una bola de billar hasta un cubo. ¿Cómo no vamos a morder el anzuelo con una carnada tan superior a las otras?
2.
Es muy superior en coherencia y relevancia a la carnada que haya usado cualquier otro humanoide. Pero estas dos virtudes todavía no garantizan, ni juntas ni por separado, la puntería, la
Al igual que los tlönenses, ChatGPT no busca la verdad; a diferencia de ellos, tampoco el asombro y sí la verosimilitud: «mi objetivo es generar una respuesta coherente y relevante en función de la entrada o pregunta dada». Si además es
Los tlönenses combinan palabras o bloques de palabras, al igual que la IA (un enunciado bajtiniano puede realizarse en cualquiera de esos dos formatos) y a diferencia de la Biblioteca
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de insensatas cacofonías [como dhcmrlchtdj],
de fárragos verbales [como un incesante MCV o el título Axaxaxas mlö, que «en la conjetural Ursprache de Tlön» significa algo]
y de incoherencias [como los títulos Trueno peinado y El calambre de yeso]».
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