11 y 12 de mayo de 2022. En la sección 1, agregué un bloque de acotación con definiciones («Glosario») y distinciones entre narrar y describir (parte llena de memes en los links):
El que hace la llamadita describe (dicta) relatando sólo lo que hay, en vez de relatar lo que ocurre y, muy ocasional y brevemente, también lo que hay (como haría un relator de fútbol que en una pausa del partido se pusiera a describir el estadio).
Un relator deportivo no espera que...Glosario Narrar = relatar lo que ocurre (1) o contar lo que ocurrió (2) = ir respondiendo a la pregunta “¿Y ahora qué?” (1) o “¿Y qué pasó después?” (2).
Describir = relatar lo que hay (1) o evocar lo que había (2) = responder a la pregunta “¿Qué hay y cómo es?” (1) o “¿Qué había y cómo era?” (2).
La narración es télica: se dirige a un final que complete y cierre la historia, bueno o malo, feliz o triste, etc. (“Fue un final y punto”). Resolver una historia es resolver todos sus enigmas (o sea, obtener respuesta para todas las preguntas típicas del método que se puedan hacer ahí).
La descripción es atélica: entre un cuadro y otro no hay un rumbo que nos lleve a uno último, como entre un eslabón de la narración y otro. Lo más cercano a una narrativa que puede hacerse con esos cuadros es una curaduría.
Narrar es convertir un segmento de discurso en un eslabón, que será el que reciba al próximo segmento para que se convierta en el próximo eslabón e integre en el mismo acto la cadena. Los eslabones ya se fabrican eslabonados; la narración es esa fabricación, esa máquina de hacer cadenas, como lo ilustra una literal:
También reformulé la introducción de Lukács, además de retocar un poco los dos párrafos anteriores; ahora dicen así:
Teléfono, Derridá. (Otra recurrencia laboral.) Acá hay presencia impostergable y necesaria. Nada de poder funcionar en ausencia del destinatario, que estos no son signos, aunque usen muchos: son encuentros sincrónicos, como escucho que se les dice desde las clases en cuarentena; no les pidamos que no tengan lo que los define, que sean asincrónicos. “Co-presencia o nada”, una remera que diga.
Vuelvo y repito: se diferencian en que el relator de fútbol narra mucho más de lo que describe y nuestro relator urbanístico sólo describe. Bueno, sí, y también en que uno relata desde la cabina de transmisión de un estadio y el otro desde un teléfono público. Pero enfoquémonos en el «método de plasmación», no en el medio.
Lukács (tercera recurrencia) observa que en el naturalismo el método de describir se idependizó de las necesidades o motivaciones narrativas y se volvió el principal. Lo observa y lo lamenta. Nuestro relator sería una pesadilla distópica para Lukács; o más bien lo sería la novela hipernaturalista que consistiera en la descripción entera de ese paisaje recortado, de principio a fin, sin la menor omisión.
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