Ayer el ensayo cambió de nombre (se llamaba "Sobre la felicidad") y hoy de contenido. Cambié el orden de algunos tuits (actual sección 5) y agregué la actual sección 4 (valor absoluto, precio definitivo). Hasta estos cambios, el ensayo se veía así:
1.
Los seres sociales podemos aspirar a dos felicidades genéricas: las que dependen más de cómo es nuestra relación con otros y las que menos.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015El crédito de una felicidad amorosa es compartido. El personal es el de ser feliz apasionados por algo, sin depender de ser correspondidos.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 28, 2015Lo ideal es ser feliz enamorados de alguien y apasionados por algo. Pero cualquiera que falte, si lo otro es fuerte, da una renguera feliz.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 28, 2015
@zambullista Si la felicidad restante es fuerte, es que se aguzó para compensar que la otra menguó o se perdió, como el oído sin la visión.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 2, 2015Una depresión y un entusiasmo pueden coexistir sin contradicción. Basta que se apliquen a cosas diferentes, sin cruzarse ni interferirse.
— el Zambullista (@zambullista) abril 26, 2015Lo ideal es tener al máximo todas las felicidades posibles. Lo común es tener menos (inevitable, a la larga) y a media máquina (evitable).
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015
2.
Si hay varias felicidades, cada una es frágil y preciosa; toda pérdida es elegíaca. Si hay varias vías a la felicidad, la red tolera cortes.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 7, 2015Si un acceso a la felicidad está cortado, se prueba con otro, como hacen el agua y los bits. Ni una vía es su meta ni un medio es su fin.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 7, 2015Se suele hacer un fin de lo que es un medio para ser feliz. Se consagra esa vía reprobando o subestimando las otras, que no joden a nadie.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 16, 2015
3.
La felicidad siempre es por un grado alto de integración, nunca de aislamiento. Los placeres y bienestares saben a sentirse integrad@.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Lo que se relaja cuando nos relajamos es la gendarmería de nuestro yo. Entre lo otro y yo proliferan los contrabandos y se corren fronteras.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Fusión con lo otro o dilución en la nada, el placer orgásmico y éxtasis afines alteran la conciencia hasta dejarla en blanco o suspendida.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Nada mejor se puede hacer en el estado F que la acción S y no hay nada mejor que esear efead@: el mejor estado para esa acción, y viceversa.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 3, 2015Integrarse es conectarse con nodos de lo otro: verse como parte de algo mayor o fusionándose con alguien. Es redelimitar el yo: redefinirse.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015
4.
Quien se siente infeliz se siente en falta o se siente insatisfech@. Sin desasosiegos no hay infelicidad, aun si hay tristeza (crepuscular).
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015
@zambullista Una tristeza crepuscular es la de la pérdida de una felicidad, que puede ser perfecta pero no eterna. Tristeza sin desasosiego.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Por original que sea, todo suicida es vencido por una frustración, aun si es serena. No hay suicidas gozando; nadie corta su felicidad así.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015
@zambullista Más que casos excepcionales, hay excepciones ficcionales, como en el final de "Matador" (Almodóvar, 1986).
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015Nadie se mata satisfecho o harto de ser feliz, como quien queda pipón o asqueado. No todo infeliz se suicida, pero no hay suicidas felices.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 16, 2015
5.
Ahora se ve así:
1.
Los seres sociales podemos aspirar a dos felicidades genéricas: las que dependen más de cómo es nuestra relación con otros y las que menos.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015El crédito de una felicidad amorosa es compartido. El personal es el de ser feliz apasionados por algo, sin depender de ser correspondidos.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 28, 2015Lo ideal es ser feliz enamorados de alguien y apasionados por algo. Pero cualquiera que falte, si lo otro es fuerte, da una renguera feliz.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 28, 2015
@zambullista Si la felicidad restante es fuerte, es que se aguzó para compensar que la otra menguó o se perdió, como el oído sin la visión.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 2, 2015Una depresión y un entusiasmo pueden coexistir sin contradicción. Basta que se apliquen a cosas diferentes, sin cruzarse ni interferirse.
— el Zambullista (@zambullista) abril 26, 2015Lo ideal es tener al máximo todas las felicidades posibles. Lo común es tener menos (inevitable, a la larga) y a media máquina (evitable).
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015
2.
Si hay varias felicidades, cada una es frágil y preciosa; toda pérdida es elegíaca. Si hay varias vías a la felicidad, la red tolera cortes.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 7, 2015Si un acceso a la felicidad está cortado, se prueba con otro, como hacen el agua y los bits. Ni una vía es su meta ni un medio es su fin.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 7, 2015Se suele hacer un fin de lo que es un medio para ser feliz. Se consagra esa vía reprobando o subestimando las otras, que no joden a nadie.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 16, 2015
3.
La felicidad siempre es por un grado alto de integración, nunca de aislamiento. Los placeres y bienestares saben a sentirse integrad@.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Lo que se relaja cuando nos relajamos es la gendarmería de nuestro yo. Entre lo otro y yo proliferan los contrabandos y se corren fronteras.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Fusión con lo otro o dilución en la nada, el placer orgásmico y éxtasis afines alteran la conciencia hasta dejarla en blanco o suspendida.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015Nada mejor se puede hacer en el estado F que la acción S y no hay nada mejor que esear efead@: el mejor estado para esa acción, y viceversa.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 3, 2015Integrarse es conectarse con nodos de lo otro: verse como parte de algo mayor o fusionándose con alguien. Es redelimitar el yo: redefinirse.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015
4.
Sólo hay valor absoluto de lo que se paga con un precio definitivo. El resto es sentido figurado: hipérbole o metáfora. O exagero o igualo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015O un "Vedere Napoli e dopo morire" (y no morir) o un "Es COMO un valor absoluto (o un precio definitivo)". "La única verdad es la realidad".
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015Si alguien paga algo con un precio definitivo, entre los sobrevivientes habrá más detractores que admiradores y más admiradores que émulos.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015Sin un sacrificio que le dé sentido, un precio definitivo es exorbitante. Con la vida suele pagarse una pérdida de valor, no un valor pleno.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015
5.
Por original que sea, todo suicida es vencido por una frustración, aun si es serena. No hay suicidas gozando; nadie corta su felicidad así.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015
@zambullista Más que casos excepcionales, hay excepciones ficcionales, como en el final de "Matador" (Almodóvar, 1986).
— el Zambullista (@zambullista) marzo 13, 2015Nadie se mata satisfecho o harto de ser feliz, como quien queda pipón o asqueado. No todo infeliz se suicida, pero no hay suicidas felices.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 16, 2015Quien se siente infeliz se siente en falta o se siente insatisfech@. Sin desasosiegos no hay infelicidad, aun si hay tristeza (crepuscular).
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015
@zambullista Una tristeza crepuscular es la de la pérdida de una felicidad, que puede ser perfecta pero no eterna. Tristeza sin desasosiego.
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015
6.
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