Hubo algunas actualizaciones agregadas más o menos en las mismas fechas en que las escribí (posterior a la de publicación del ensayo). Pero esta cambio es más importante porque saco los tuits sobre el deseo y el saber, que van a formar otro ensayo. Entonces, hasta recién "Elegires" se veía así:
1.
Glosario básico. Elegir es operar sobre un menú de opciones: seleccionar de una colección. Resolverse a operar, seleccionando, es decidir.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Que sea posible hacer X, que no sea obligatorio y que no esté prohibido: eso es que haya libertad de hacer X. Sólo falta que valga la pena.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 24, 2015Salamanca prueba que es libre –y humano– eligiendo. A Natura no le da para tanto (eso de que selecciona es un modo antropomórfico de decir).
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 18, 2015La elección libre es una frontera entre los actos humanos y los procesos naturales. Elegir o no elegir: esa es la cuestión en esta frontera.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 18, 2015
2.
Elegir supone que el futuro son mundos posibles, tramas de encrucijadas. Los de presente o pasado son contrafácticos: mundos inelegibles.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Las fantasías hacen uso de los mundos inelegibles del presente o del pasado; los deseos, de los mundos posibles por donde se abre el futuro.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015El futuro está cerrado. Lo van abriendo las "elecciones" que hacen lo casual, lo intencional, lo natural: todo lo que haga que pase algo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Deseo lo que no sé si pasó, pasa o pasará. Fantaseo distinto a lo que sé o creo que pasó, pasa o pasará. Saber o no saber: fantasía o deseo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015
@zambullista Desarrollado en http://t.co/ogmLhpvX3s
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015El requisito del desear (no saber) es opuesto al de fantasear (saber). Deseo: me muevo por algo posible. Fantaseo: en pausa por algo que no.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015Puedo desear un imposible. Lo que no puedo es saberlo o creerlo imposible mientras lo estoy deseando. De eso me doy cuenta después. O nunca.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 22, 2015
3.1
Saber y deseo se repelen. Si deseo que pase X, es que no sé si pasará. Si lo sé (o creo), ya no puedo desearlo. En la novedad está el gusto.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Es más fácil buscar lo nuevo en lo no conocido. En lo conocido se puede, pero requiere más esfuerzo. En la variedad está el gusto más vago.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Ya nadie se masturba toda la vida con la misma foto. Con tanta libertad de elección, en la variedad está el gusto y en la novedad el placer.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015O hay novedades que atraen más de lo que asusta la inseguridad o no hay vida. "Tu falta me estaba matando", saludó el gato a la curiosidad.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015El miedo a lo nuevo dicta el dicho que acusa de la muerte de un gato a su curiosidad y el que prefiere malo conocido a bueno por conocer.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 31, 2015Viviendo con curiosidad, en el peor de los casos lo pagás con tu muerte, gato. Viviendo sin, en cualquier caso lo vas pagando con tu vida.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
3.2
Una fija es elegir yendo a lo seguro. En el amor no se elige así. Entre aventuras parecidas, atrae más la que esté mejor sazonada de riesgo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015A) Sé que va a pasar y cómo. B) No sé si va a pasar, pero sé que de pasar no será igual. Si es algo feliz, elijo B; si es algo infeliz, A.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015Saber qué va a pasar y cómo será habilita el acostumbramiento. Lo que puede ser un remedio para el dolor es un veneno para el placer.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015Ya sé qué me va a hacer eso y cómo. Es un placer tan seguro que se hace postergable. Nuevos "cómo" me urgen desde placeres inciertos. Viajo.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015Puestos a desear, lo previsible es más postergable que lo nuevo. Puestos a registrar qué sucede, lo nuevo es más postergado que lo conocido.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015
3.3
El deseo es avidez de exploración. Dejar de ser explorado es dejar de ser deseado. Donde no hay nada por conocer no hay nada por desear.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015La pérdida del deseo provoca el abandono de la exploración. Si no se mantiene insaciable, la avidez se agota antes de agotar su objeto.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015Abandonado el deseo, no habrá recuerdo ni nostalgia de lo que quedó sin explorar. Donde pongo el ojo pongo las ganas: el desamor es ciego.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
4.
Si la única opción es mala, quiero elegir y no puedo. Si hay más y ninguna me gusta, debo elegir y no quiero. Dos típicas contrariedades.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
@zambullista En ambas estoy forzado: en la 1ª, a decidir sin elegir; en la 2ª, a elegir sin querer. Ambas tachan un deseo, denegado o nulo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Contrariedad perversa: elegir al inicio de una aventura entre un final de satisfacción garantizada y una continuación expectante e incierta.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Te preparaste para un viaje largo y variado y se da que podés dejarlo al 2º paso. Una perfección inoportuna se ofrece antes de ser deseada.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015No sólo es qué; también es cuándo. La perfección a destiempo ya no es tal, como un actor anticipado a su personaje ya no es inmejorable.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015Es difícil aceptar el final de una búsqueda excitante recién empezada. Tiene algo de frustrante llegar demasiado temprano a esa felicidad.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015Si te vas, no vas a saber volver. Si te quedás, no vas a saber salir. Y no podés saber si vas a querer o no volver o salir. Ahora sí, elegí.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015Si temo no poder salir, es que tanto no quiero quedarme. Ni irme, si temo no poder volver. Poder elegir requiere elegir qué temor priorizar.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015
5.
¿Qué tan satisfech@ quedás haciendo lo que hacés? Así de feliz sos. Salvo que priorices otra cosa a tu satisfacción, como en un sacrificio.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 22, 2015No soy feliz porque elijo lo que hago; soy feliz porque lo que hago me satisface. Si me sacrifico, elijo lo que hago, pero no me satisface.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015Si me sacrifico es por necesidad, no por gusto. Elegirlo no es desearlo: "Preferiría no hacerlo". Deseo de Jesús: "Aparta de mí este cáliz".
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015Quien elige sacrificarse es otro con un porqué soportando cualquier cómo. Nada precisa más sentido que un sacrificio.https://t.co/EpRi7HFtrr
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015–La causa que lo motiva puede darle un sentido gratificante al sacrificio. –Por feliz que parezcas, el menú sería otro si pudieras elegirlo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015
Nota
Desde ahora se ve así:
1.
Glosario básico. Elegir es operar sobre un menú de opciones: seleccionar de una colección. Resolverse a operar, seleccionando, es decidir.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Que sea posible hacer X, que no sea obligatorio y que no esté prohibido: eso es que haya libertad de hacer X. Sólo falta que valga la pena.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 24, 2015Salamanca prueba que es libre –y humano– eligiendo. A Natura no le da para tanto (eso de que selecciona es un modo antropomórfico de decir).
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 18, 2015La elección libre es una frontera entre los actos humanos y los procesos naturales. Elegir o no elegir: esa es la cuestión en esta frontera.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 18, 2015
2.
Elegir supone que el futuro son mundos posibles, tramas de encrucijadas. Los de presente o pasado son contrafácticos: mundos inelegibles.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Las fantasías hacen uso de los mundos inelegibles del presente o del pasado; los deseos, de los mundos posibles por donde se abre el futuro.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015El futuro está cerrado. Lo van abriendo las "elecciones" que hacen lo casual, lo intencional, lo natural: todo lo que haga que pase algo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Deseo lo que no sé si pasó, pasa o pasará. Fantaseo distinto a lo que sé o creo que pasó, pasa o pasará. Saber o no saber: fantasía o deseo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015
@zambullista Desarrollado en http://t.co/ogmLhpvX3s
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015El requisito del desear (no saber) es opuesto al de fantasear (saber). Deseo: me muevo por algo posible. Fantaseo: en pausa por algo que no.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015Puedo desear un imposible. Lo que no puedo es saberlo o creerlo imposible mientras lo estoy deseando. De eso me doy cuenta después. O nunca.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 22, 2015
3.
Una fija es elegir yendo a lo seguro. En el amor no se elige así. Entre aventuras parecidas, atrae más la que esté mejor sazonada de riesgo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Puestos a desear, lo previsible es más postergable que lo nuevo. Puestos a registrar qué sucede, lo nuevo es más postergado que lo conocido.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015A) Sé que va a pasar y cómo. B) No sé si va a pasar, pero sé que de pasar no será igual. Si es algo feliz, elijo B; si es algo infeliz, A.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015Saber qué va a pasar y cómo será habilita el acostumbramiento. Lo que puede ser un remedio para el dolor es un veneno para el placer.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
4.
Si la única opción es mala, quiero elegir y no puedo. Si hay más y ninguna me gusta, debo elegir y no quiero. Dos típicas contrariedades.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
@zambullista En ambas estoy forzado: en la 1ª, a decidir sin elegir; en la 2ª, a elegir sin querer. Ambas tachan un deseo, denegado o nulo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Contrariedad perversa: elegir al inicio de una aventura entre un final de satisfacción garantizada y una continuación expectante e incierta.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015Te preparaste para un viaje largo y variado y se da que podés dejarlo al 2º paso. Una perfección inoportuna se ofrece antes de ser deseada.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015No sólo es qué; también es cuándo. La perfección a destiempo ya no es tal, como un actor anticipado a su personaje ya no es inmejorable.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015Es difícil aceptar el final de una búsqueda excitante recién empezada. Tiene algo de frustrante llegar demasiado temprano a esa felicidad.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015Si te vas, no vas a saber volver. Si te quedás, no vas a saber salir. Y no podés saber si vas a querer o no volver o salir. Ahora sí, elegí.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015Si temo no poder salir, es que tanto no quiero quedarme. Ni irme, si temo no poder volver. Poder elegir requiere elegir qué temor priorizar.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015
5.
¿Qué tan satisfech@ quedás haciendo lo que hacés? Así de feliz sos. Salvo que priorices otra cosa a tu satisfacción, como en un sacrificio.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 22, 2015No soy feliz porque elijo lo que hago; soy feliz porque lo que hago me satisface. Si me sacrifico, elijo lo que hago, pero no me satisface.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015Si me sacrifico es por necesidad, no por gusto. Elegirlo no es desearlo: "Preferiría no hacerlo". Deseo de Jesús: "Aparta de mí este cáliz".
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015Quien elige sacrificarse es otro con un porqué soportando cualquier cómo. Nada precisa más sentido que un sacrificio.https://t.co/EpRi7HFtrr
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015–La causa que lo motiva puede darle un sentido gratificante al sacrificio. –Por feliz que parezcas, el menú sería otro si pudieras elegirlo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 23, 2015
6.
A los fines persuasivos, el porvenir tiene una dureza proporcional a la de la voluntad que lo quiere, que adjetivaríamos de "férrea".
— el Zambullista (@zambullista) abril 20, 2015La voluntad más dura pretende que ya es un hecho lo que aún quiere que llegue a ser un hecho: "un porvenir ... irrevocable como el pasado".
— el Zambullista (@zambullista) abril 17, 2015Hecho consumado: "El ejecutor de una empresa atroz" es el que precisa más fuerza de voluntad; por eso "debe imaginar que ya la ha cumplido".
— el Zambullista (@zambullista) abril 17, 2015
Nota
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