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lunes, 12 de agosto de 2013

Naturalezas 014 (4.3.1)


Acabo de agregar, en la sección 3.3, el texto incidental que aparece con sangría de cita:
[...] Lo que hubo fue una decisión de escamotearle su hija al padre para que naciera “con la libertad de hacer lo que quisiera”, porque con él “hubiera nacido en un mundo en el que no tendría esa oportunidad”.
Si hay dos mitologías de superhéroe, como dice Bill, según cuál de las dos identidades sea la postiza y cuál la verdadera, puede pensarse que en el club también hay dos moralidades, según cómo sean las decisiones del superhéroe.
Todas son “correctas” (las incorrectas quedan para los villanos y los antihéroes), pero las de Superman, “el gran Boy Scout azul”, además son legítimas (en todo caso, en general no entran en conflicto con la ley). En cambio, forajidos como el Zorro y madres fugitivas como Beatrix tienen una moral de la excepcionalidad: toman “la decisión correcta” poniéndose por encima o por fuera de las leyes que la hacen ilegal (el monopolio de la justicia por parte del Estado o la patria potestad compartida, por ejemplo).
Beatrix le admite a Bill que la decisión de ocultarle a su hija no le pertenecía, pero la legitima invocando la protección de un bien superior al obviado: “la tomé por mi hija”. El bien que se debe y no se puede compartir genera dos legalidades en conflicto. Un héroe, súper o común, es aquel que puede hacernos simpatizar por la no oficial.
El mitófilo Bill, supliendo información deficiente con suposiciones e imaginación (como suele hacerse), había interpretado la fuga de Beatrix como una huida de su naturaleza, ...
También en 3.3, agregué el paréntesis con que ahora termina esta frase:
Es Bill quien malinterpreta a Beatrix: la maternidad con que habría compensado –y justificado– la vida falsa en El Paso no vale por lo “maravillosa”, sino por lo liberadora (y no para ella, que más bien se habría sacrificado sometiéndose a esa clase de vida, sino para su hija).

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