Cambios menores en la formulación de la idea presente en los párrafos de acotación de la sección 3.1. Antes decía esto:
Beatrix cambia de vida –lo que el mitógrafo Bill malentiende como un disfrazarse para encajar– cuando pasa de ser “una mujer, tu mujer” a ser madre, es decir, a ser responsable de una libertad ajena, la de la hija propia. Como el destino de asesina que le impondría el padre era aquello de lo cual quería hacerla libre, Beatrix presenta su decisión como la resolución de una disyuntiva entre su hombre y su hija: “Tuve que elegir. La escogí a ella”.Ahora dice esto:
En definitiva, el parteaguas de la maternidad no se da por un llamado de la naturaleza, sino por una reivindicación de la libertad de elegir, o sea, un antideterminismo. El fragmento es este: ...
El mitófilo Bill, supliendo información deficiente con suposiciones e imaginación (como suele hacerse), había interpretado la fuga de Beatrix como una huida de su naturaleza, un intento de disfrazarse de lo que no era para encajar en lo que fantaseaba ser. Ahora se entera de que Beatrix resolvió cambiar de vida cuando supo que pasaría de ser “una mujer, tu mujer” a ser madre, es decir, a ser responsable de una libertad ajena, la de la hija propia. Como el destino de asesina que le impondría el padre de igual profesión o naturaleza era aquello de lo cual quería hacerla libre, Beatrix presenta su decisión como la resolución de una disyuntiva entre (el amor por) su hombre y (el amor por) su hija: “Tuve que elegir. La escogí a ella”.También cambié el párrafo siguiente al video comentado. Antes decía esto:
En definitiva, el parteaguas de la maternidad no se da por un llamado de la naturaleza, sino por una reivindicación de la libertad de elegir qué hacer y qué ser, o sea, por un antideterminismo militante. El fragmento referido es este: ...
La película termina a la mañana siguiente, primero con Beatrix, sola, descargando en el piso del baño cerrado risas y llantos de alivio y liberación, repitiendo “gracias”, y después abrazándose frente al televisor con su hija. Las caras muestran y prometen felicidad, la más plácida e intensa. Es la mañana del día cero de una nueva vida.Ahora dice esto:
La película concluye a la mañana siguiente. Vemos primero a Beatrix, sola, abrazando un peluche tendida en el piso del baño cerrado y descargando risas y llantos de alivio y liberación, hasta terminar repitiendo “gracias”. Luego sale del baño y la vemos abrazada a su hija, sentadas en la cama del cuarto de hotel, mirando en el televisor un dibujo animado de 1946, The Talking Magpies, en el que dos urracas también se acaban de mudar (el cartoon que divierte a BB es contemporáneo del comic favorito de su padre). Las caras muestran y prometen felicidad, plácida e intensa. Es la mañana del día cero de una nueva vida.
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