Antes de poner la imagen con las 4 zonas activas, donde están los números que le dan sentido al título del ensayo (que ahora se despliega a lo largo de sendos tooltips), el ensayo, en su primer versión de hace unas horas, seguía el clásico esquema de un epígrafe visual y un texto. Pero en este caso se trata de un comentario sobre la imagen, por lo que ésta ya no cumplía una función de epígrafe, sino de objeto de observación. Así lo publiqué originariamente (versión 0.000, y con el título de la película de Peter Greenaway que está en la URL), para encargarme después de ver qué método me convenía usar para hacer emerger texto de referencias colocadas en la foto:
En la imagen hay, en principio, dos sectores divididos por la diagonal SO-NE, los de dos lugares de tránsito públicos situados en niveles diferentes: la calle y la vereda. Pero sucede que cada uno de esos lugares presenta una subdivisión de proporciones similares: la vereda, entre un cordón (así de delgado) y un amplio resto embaldosado; la calle, entre una acequia de adoquinado sin asfaltar (vecina al cordón) y un amplio resto asfaltado. Situando las respectivas subzonas menores en la diagonal de la imagen, el resto queda repartido a cada lado para las subzonas mayores. La desproporción ya es amplia aun cuando no es total (no vemos el ancho completo de la vereda ni el de la calle).
Sobre la simetría de este diseño Mucho de Calle, Poco de Calle, Poco de Vereda, Mucho de Vereda, se monta el contraste de sus pieles (o viceversa). Por un lado, el Mucho de Calle es un manto oscuro y rugoso de alquitrán, de borde irregular, sin ningún diseño ni mayor trabajo que una nivelación; y su simétrico y colega, el Mucho de Vereda, es un diseño regular de baldosas claras y lisas, que se recortan prolijamente en el borde de la acera que limita con el cordón. Por otro lado, el Poco de Calle es una delgada franja de empedrado que se dejó sin asfaltar, que limita en ángulo recto (en la medida en que la irregularidad de la trama de adoquines lo permite) con la base del Poco de Vereda, un cordón (así de regular) pintado de amarillo, nivelado y comparativamente monolítico.
Normalmente el límite preciso, el rincón donde se unen, está sumergido: a lo largo de ese ángulo recto circula el agua de la acequia que conforman las partes colindantes de la calle y la vereda. La perspectiva favorece la percepción de esa distribución sonetística ABBA al ocultarnos el agua en el desnivel que separa calle de vereda. El agua rompe la simetría o hace de bisagra suya; si es una nueva divisoria, esta vez es una indivisible (salvo que la hagamos navegable): Mucho de Calle – Poco de Calle – Agüita – Poco de Vereda – Mucho de Vereda.
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