Hice cambios menores en relación con los de esta mañana. El más relevante fue el agregado de la versión de Quino del problema del burro de Buridán, en el paréntesis que cierra el párrafo:
Pero de esto no se sigue que no haya un criterio posible para decidir esos desequilibrios y X esté obligado a sufrir en esos trances la parálisis e inanición del burro que Buridán puso entre dos montones de heno igualmente apetecibles. A lo sumo se sigue que ese criterio no puede ser ninguno basado en preferencias y razones. (Por ejemplo, los burros de Quino salen de la paridad de fuerzas por un acto arbitrario de violencia oportunista de uno de ellos.)
En el punto 4 explicité la idea de que el equilibrio desarmado internamente se rearma haciendo periódica (repetible) una secuencia total, no una parcial. Quedó así:
Un movimiento necesita diferencia de fuerzas; su motor siempre es algún desequilibrio de poder. ¿Puede entonces moverse un sistema en equilibrio estricto de fuerzas? ¿No es contradictoria esta combinación, que pone a cooperar a una necesidad de diferencia con su opuesta, una imposibilidad de diferencia? El truco está en desarmar hacia adentro ese equilibrio para rearmarlo hacia afuera, en una instancia mayor donde se hace periódica (racional) la totalidad, no una de sus partes (por ejemplo, donde se repite una secuencia de 9 empanadas o flores, no una de 3). Es lo que hace la impreferencia cuando salta 1, 1, 4 empanadas (o flores) a lo largo de las tres tandas, en lugar de saltar de 2 en 2. Expresado en distancias mediatas para un total de 3 gustos, mínima, mínima, máxima (para uno de 4, mínima, mínima, mínima, máxima; etc.). El algoritmo de este movimiento de lo equipotente combina el máximo ahorro con el máximo gasto.
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