Antes de empezar la sesión de esta madrugada (la primera directamente sobre la entrada del blog), al final de la sesión en que publiqué (a eso de las 22:40 de ayer, cuando salí para lo de Mariano), el ensayo decía esto:
Las variaciones en pugna
En el proceso de esa pulida habrán competido dos o más versiones de la sentencia, antes de que una o pocas prevalecieran (o sea, antes de que fueran transmitidas de generación en generación mejor que las otras). Salvando las distancias, algo similar ocurre tal vez con el afiche del gato y el objetivo de resistir, de aguantar ahí.
Es extraño que las variaciones de una idea puedan dialogar o, al menos, encadenarse:
–Mantente ahí, baby.
–Señor, ayúdame a mantenerme aquí.
En el primer afiche se le habla a un gato, al que se le da un consejo y un aliento; en el segundo, habla el gato, que dirige una plegaria. El giro pivotea sobre los apelativos: se pasa de uno informal y cariñosamente cercano a uno ritual y respetuosamente distanciado, forjado en la metáfora del siervo y su amo.
Al margen de que ahora convivan las dos variantes, ¿habremos pasado de la incitación y el aliento al que resiste a la plegaria del que resiste, o al revés? ¿No está más solo el que le dirige un ruego al poder supremo que goza de su fe –lo que es un recurso de último instancia– que el que escucha una voz afectuosa que lo apoya y le da ánimo? ¿Cuál de las dos situaciones ya estaba cuando apareció la otra? Aunque la coexistencia las mantenga en un empate, ¿cuál desafió y cuál fue desafiada? ¿La novedad fue esa humildad suplicante, esa dependencia entregada, o fue ese apoyo y confianza hacia las propias fuerzas del gato?
Lo heroico y lo glorioso
La expectativa inmediata no es de mejoría si el consejo y el ruego son de resistencia, donde el objetivo es conservar la posición. Colgar de una soga no es tenerla fácil. Cuanto mayor es la desventaja para evitar empeorar, más heroica es esa lucha y sus logros, aun en caso de que aspirar a frustrar un cambio (estar a la defensiva) sea o parezca menos meritorio que aspirar a generar uno (tener la iniciativa). Lo heroico se forma en esa distancia entre los medios y los fines, entre la posibilidad deseada y la improbabilidad que la aleja. El héroe de una épica es el que consuma la hazaña de zanjar esa brecha, o más precisamente cierto tipo de brecha.
Es cierto que el fin de evitar un estado o una situación no deseados puede estar a la misma y titánica distancia del medio adecuado que el fin de conquistar un estado o una situación deseados. Pero la empatía con alguien que procura zafar de un peligro en el que no nos gustaría estar es mayor a la que sentimos por alguien de iguales merecimientos que intenta incrementar en igual proporción su suerte ya buena. Sobreponerse a una desventaja entre grande y enorme es heroico, sea o no glorioso; conquistar (limpiamente) una ventaja igual de lejana es sólo glorioso, salvo que –por ejemplo– se lo haya hecho en un plazo entre improbable e improbabilísimo, lo que le daría alguna heroicidad hazañosa a la obtención de esa gloria.
A cierta altura, la dificultad es una ilusión irresistible de imposibilidad, y entonces el héroe pasa por vencedor de un imposible. Como sea, lo suyo es convertir la altura de la dificultad que amenaza aniquilarlo en la del altar que lo exalta e inmortaliza (siquiera por el instante y como proyección de la intensidad de su triunfo).
Ahora, al final de esta primera sesión sobre el blog, dice esto:
Las variaciones en pugnaLas leyendas al pie de los epígrafes también cambiaron. La primera tenía alineación derecha y decía:
En el proceso de esa pulida (que está al servicio de una esculpida) habrán competido dos o más versiones de la sentencia, antes de que una o pocas prevalecieran (o sea, antes de que fueran transmitidas de generación en generación mejor que las otras). Salvando las distancias, algo similar ocurre tal vez con el afiche del gato y el objetivo de resistir, de aguantar ahí.
Es extraño que las variaciones de una idea puedan dialogar o, al menos, encadenarse:
–Hang in there, baby!
–Lord, help me hang in there.
En el primer poster se le habla a un gato, al que se le da un consejo y un aliento; en el segundo, habla el gato, que dirige una plegaria. El giro pivotea sobre los apelativos: se pasa de uno informal y cariñosamente cercano a uno ritual y respetuosamente distanciado, forjado en la metáfora del siervo y su amo.
Al margen de que ahora convivan las dos variantes, ¿habremos pasado del aliento al que resiste a la plegaria del que resiste, o al revés? Y si en un futuro la variante más antigua desaparece, deja de transmitirse, ¿habremos pasado de una resistencia más esperanzada a una menos, o al revés? ¿No está más solo el que le dirige un ruego al poder supremo que goza de su fe –lo que es un recurso de última instancia– que el que escucha una voz afectuosa que lo apoya y le da ánimo? ¿Cuál de las dos situaciones ya estaba cuando apareció la otra? Aunque la coexistencia las mantenga en un empate, ¿cuál desafió y cuál fue desafiada? ¿La novedad fue esa humildad suplicante, esa dependencia entregada, o fue ese apoyo y confianza hacia las propias fuerzas del gato? Como verdad de Perogrullo, la próxima novedad en la historia de la sentencia esculpida por generaciones va a ser o el olvido de ambas variantes o el de una de ellas o la introducción de una tercera.
Lo heroico y lo glorioso
La expectativa inmediata no es de mejoría si el consejo y el ruego son de resistencia, donde el objetivo es conservar la posición o el estado hasta superar el asedio. Colgar de una soga no es tenerla fácil ya a la corta, con inminencia. Mucho más lento es el tiempo que se toma la persistencia del agua para vencer la casi pareja resistencia de la roca y esculpirla. Cuanto menor sea esa desigualdad, mayor será la duración de la pulseada (que en el límite y el absurdo de esa disminución, en la igualdad entre la persistencia del asedio y la resistencia del asediado, se hace infinita, se eterniza con la perpetuación de ese equilibrio resistente y persistente a la vez).
En plazos más breves, con eventos más urgentes, cuanto mayor es la desventaja para evitar empeorar, más heroica es esa lucha y sus logros (aun en caso de que aspirar a frustrar un cambio –estar a la defensiva– sea o parezca menos meritorio que aspirar a generar uno –tener la iniciativa–). Lo heroico se forma en esa distancia entre los medios y los fines, entre la posibilidad deseada y la improbabilidad que la aleja contrarreloj. El héroe de una épica es el que consuma la hazaña de zanjar esa brecha, o más precisamente cierto tipo de brecha.
Es cierto que el fin de evitar un estado o una situación no deseados puede estar a la misma y titánica distancia del medio adecuado que el fin de conquistar un estado o una situación deseados. Pero la empatía con alguien que procura zafar de un peligro en el que no nos gustaría estar es mayor a la que sentimos por alguien de iguales merecimientos que intenta incrementar en igual proporción su suerte ya buena. Sobreponerse a una desventaja entre grande y enorme es heroico, sea o no glorioso; conquistar limpiamente una ventaja igual de lejana es sólo glorioso (salvo que –por ejemplo– se lo haya hecho en un plazo entre improbable e improbabilísimo, lo que le daría alguna heroicidad hazañosa a la obtención de esa gloria).
A cierta altura, la dificultad es una ilusión irresistible de imposibilidad, y entonces el héroe pasa por vencedor de un imposible. Como sea, lo suyo es convertir la altura de la dificultad que amenaza aniquilarlo en la del altar que lo exalta e inmortaliza (siquiera por el instante y como proyección de la intensidad de su triunfo).
Los Simpsons, episodio 164 (4F08), “El turbio y oscuro mundo de Marge Simpson”
La segunda solamente decía "Detalle", con el link a la foto completa y sin redimensionar. La idea fue homogeneizar el diseño de esas leyendas con una doble sangría fija, para que la última disimule su doble condición de referencia a su epígrafe (el video de la roca en el río Los Alisos, de Tafí del Valle) y de epígrafe literario nuevo.
PD 7:56 am: Acabo de reingresar para cambiar un párrafo:
Como verdad de Perogrullo, la próxima novedad en la historia de la sentencia esculpida por generaciones, si no termina ahí, va a ser el desuso y olvido de una de las dos variantes o la introducción de una tercera.
PD 8:37 am: Volví a reingresar para agregarle una continuación y una foto al paréntesis de esta frase:
En plazos más breves, con eventos más urgentes, cuanto mayor es la desventaja para evitar empeorar, más heroica es esa lucha y sus logros (aun en caso de que aspirar a frustrar un cambio –estar a la defensiva– sea o parezca menos meritorio que aspirar a generar uno –tener la iniciativa–, especialmente en condiciones incómodas).
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